Bajo la comodidad y los buenos tratos de un hogar de paso en la ciudad de Armenia vive Pedro Emilio Salazar López, un hombre que su historia se mezcla con el desarrollo y crecimiento de una ciudad y de una gran empresa. Pedro Emilio celebró su cumpleaños 102 y aunque lleva el paso lento, voz baja y una mirada llena de recuerdos, aún pinta una colorida sonrisa en su rosto y recuerda los años en los que recorría las calles con herramienta en mano, trabajando en lo que entonces era conocida como el área de fontanería de Empresas Públicas de Armenia, hoy acueducto.

En medio de aplausos, sonrisas y cantando al unísono la canción del feliz cumpleaños, Pedro Emilio entra a la sala del hogar de paso, donde lo esperan sus hijos, nietos y compañeros de vivienda, para celebrar con un chocolate caliente y un trozo de ponqué su siglo y pico de vida. Allí también hizo presencia EPA, la empresa de donde él se pensionó hace 50 años, cuando las válvulas se abrían a mano y el agua llegaba de forma más artesanal a los hogares cuyabros. Tiempo en el que no se hablaba de infraestructura, sino que el agua llegaba gracias al trabajo de los fontaneros, como Emilio.

Desde muy joven, Pedro Emilio empezó a trabajar y fue gracias al trabajo que realizaba en la Empresa de Todos que logró sacar adelante a su familia, conformada por una esposa y siete hijos, quienes todavía recuerdan las historias que su padre contaba cada día al llegar a casa. “Nos contaba que le encantaba instalar los medidores de agua, era muy feliz trabajando en EPA, recuerdo que nos celebraban fiestas a las que asistíamos de niños, también recuerdo los encuentros deportivos y las fiestas navideñas, donde no podía faltar la lechona y siempre la pasábamos muy bien”, mencionó en medio de una sonrisa Marleny Salazar Arce, hija menor de Pedro.

Durante décadas, este hombre labró no solo un futuro sólido y estable para su familia, sino que también con sus herramientas, sus manos y muchas ganas de trabajar, construyó los primeros cimientos de una empresa que hoy brinda, bienestar y progreso para toda una comunidad. Una empresa que, aunque pasen los años, sigue presente en la vida de quienes lo dieron todo y más durante su paso por ella.

Hoy, si alguien le pregunta a Pedro Emilio por EPA, su respuesta será “Qué” o “Qué es eso” porque en medio de los recuerdos que aún conserva y las memorias que jamás olvidará, para él la empresa que le dio la oportunidad de un trabajo digno, siempre será Empresas Públicas Municipales de Armenia.

Don Pedro no solo cumplió 102 años. Cumplió con su ciudad, con su familia y consigo mismo. Su legado no se mide en metros de tubería ni en años de servicio, sino en el agua que fluyó gracias a sus manos, en las vidas que tocó y en la historia que escribió con cada turno cumplido.

Comunicaciones EPA ESP.